El gráfico de portada, evidencia una cosa, que muchas veces es imposible no aplicar un arancel cuando tu competidor tiene un exceso de oferta, precios bajos, subsidios a la producción y esos precios bajos, implican que tu producto local, no pueda competir con el producto extranjero de iguales características, como en el caso del acero, donde todo occidente no puede competir en igualdad de condiciones con China, y es por ello, que la industria del acero se ve obligada a protegerse y a ser protegida. Pero según mis preferencias, aplicar un arancel es horrible, es la última instancia, sólo en eso se parece al aborto, por dar un ejemplo, nadie quiere llegar a esa instancia como el aborto, pero a veces cuando corre peligro de vida la madre y hay que elegir entre la vida de la madre o la vida del niño, se debe tomar una decisión, dramática, en uno o en otro sentido. Es por ello, que aplicar un arancel como sanción económica como hace Trump, es un abuso del mismo, es un uso irresponsable del mismo, es como utilizar el aborto como primer anticonceptivo, eliminando otros métodos previos como el preservativo, entre otros. Nadie quiere llegar al arancel, nadie quiere llegar a esa última instancia, pero a veces uno se ve obligado a aplicarlo en determinadas circunstancias, como cuando tu principal competidor extranjero, te vende un producto a un precio inferior al que producís en tu país, y no queda otra que aplicarlo en situaciones muy específicas, como la del acero.
Abusar del arancel y utilizarlo como sanción económica como hace Trump, no solo perjudica al consumidor, sino que es un uso irresponsable del mismo, y peor aún, si en muchos casos, no tenés un reemplazo en producción local, del producto importado al cual le aplicaste el arancel, generando más inflación. Siempre digo lo mismo, el arancel solo debe ser aplicado al producto importado, cuando el mismo se vende a un precio inferior al producto de iguales características fabricado localmente, para que el producto local no sufra una competencia prácticamente desleal, y se puedan proteger puestos de trabajo locales, y si hablamos de un producto estratégico como el acero, mucho más. También es cierto, que en otros sectores no estratégicos, que no tienen competencia local ni extranjera, pueden producir productos de forma ineficiente al no tener competencia y al tener garantizada la demanda. Es por ello, que no puede abusarse del arancel, debe ser utilizado como última instancia en casos muy específicos, el abuso del arancel como utiliza Donald Trump, tiene objetivos recaudatorios, y de sanción económica unilateral, no solo perjudica el comercio internacional y al consumidor, sino también que ante tanta amenaza, alguno de sus socios podría comenzar a diversificar su comercio con China y otros países asiáticos, y así Trump provocar que su país pierda cada vez más influencia en algunos países y en el mundo, quedando su país, aún más atrás de China. La presión y la amenaza de Trump, no hacen más que hacerle considerar a muchos países, la necesidad de diversificar sus fuentes de importaciones y sus mercados de exportación, para tener mayor margen de maniobra geopolítica. En el caso de México tiene una clara ventaja en tener cerca al mercado de los Estados Unidos y viceversa, pero a México, el depender tanto de Estados Unidos, en un contexto de un gobierno liderado por un autócrata como Trump, cosa que no ha pasado con otras administraciones republicanas y demócratas recientes, puede hacer pensar a México y a otros países socios de Estados Unidos, en diversificar más sus fuentes de importación y exportación, y sobre todo en ser mucho más autónomos, no únicamente en materia de comercio internacional, sino también en términos geoestratégicos. La presidencia de Trump profundiza el retroceso de los Estados Unidos frente a China, y desprestigia su imagen ante el mundo. Si los estadounidenses quieren detener ese desprestigio y humillación que se hacen a sí mismos, deberían considerar en el futuro, y más precisamente en las próximas elecciones presidenciales, pensar en un candidato que sea un estadista, no un bizarro como el que tienen actualmente de presidente en los Estados Unidos. Los estadounidenses necesitan un Lincoln o un Franklin Roosevelt, por dar dos ejemplos, no el actual presidente de los Estados Unidos que es tan bizarro como Nicolás Maduro, Díaz Canel, Ortega, Orbán, y Javier Milei.
Autor: Emmanuel Ruarte
09/02/2025