Como sabemos, la subida en los tipos de interés de parte de los principales bancos centrales del mundo, ha sido una clara respuesta a la inflación global.
El banco central europeo (BCE), recientemente ha subido sus tipos de interés, y el Banco Central Estadounidense, la Reserva Federal, ha hecho lo propio, mucho antes que el BCE.
La restricción de la oferta global de la energía, producto de la guerra ruso-ucraniana, los fuertes confinamientos en China, y la restricción de la oferta global de alimentos que tuvo este año 2022, han tenido una clara influencia en la suba de los precios internacionales. Las estimaciones indican que el aumento en los precios de la energía, como el gas y el petróleo, tuvo la mayor influencia en la inflación global. Según Eurostat, en la zona euro la inflación anual no da tregua, y lo que mayor ha tenido implicancia en ello, ha sido el aumento del 40 por ciento en los precios de la energía, y el 11, 8 por ciento, en el aumento del rubro de comida, alcohol y tabaco.
En relación al problema inflacionario internacional, dijo atinadamente la Vicepresidenta de la Reserva Federal (FED), Lael Brainard, que “Los bancos centrales que enfrentan una alta inflación están ajustando rápidamente la política monetaria para moderar la demanda y alinearla con la oferta, que está restringida en una variedad de sectores. El proceso de resolución de desequilibrios será más fácil a medida que mejore la oferta en los mercados de productos básicos, mano de obra e insumos intermedios clave, como se espera en general, pero existe el riesgo de que las interrupciones del suministro se prolonguen o agraven por la guerra en Ucrania, COVID- 19 cierres en China o interrupciones climáticas. La guerra de Rusia contra Ucrania ha generado picos en los precios de la energía, los alimentos y los insumos agrícolas. Más recientemente, la inflación en Europa se vio impulsada por el cese de entregas de gas natural por parte de Rusia a través del gasoducto Nord Stream 1, creando dificultades para los hogares y arriesgando interrupciones para algunas industrias en los países afectados. La política de bloqueo de COVID de China también podría provocar interrupciones en el suministro si los casos aumentan nuevamente. Por separado, las condiciones climáticas en varias áreas, incluidas China, Europa y los Estados Unidos, están exacerbando las presiones sobre los precios a través de interrupciones en la agricultura, el transporte marítimo y los servicios públicos.”
Por otro lado, el sistema financiero parece haber recuperado cierta estabilidad, aunque el alto de nivel de endeudamiento de los países, es preocupante. Como sabemos, ciertas normas claras, pueden generar estabilidad financiera, como la que tuvo el mundo, luego de las políticas económicas del estadista norteamericano Franklin Delano Roosevelt, y con grandes leyes como la ley Dodd – Frank, pero también es cierto, como recientemente dijo la gobernadora de la Reserva Federal Michelle Bowman, en el evento del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), en Washington DC de forma virtual, que “La regulación no es gratuita. La regulación excesiva puede restringir los préstamos bancarios, lo que se convierte en una carga para los prestatarios individuales y una amenaza potencial para el crecimiento económico.” Encontrar el balance en entre la regulación sana y no la excesiva, puede ser el norte para un sistema financiero sano.
Seguidamente y de forma atinada, Bowman aclara que : “La clave es lograr un equilibrio apropiado a lo largo del tiempo que aborde los riesgos, incluidos los riesgos de estabilidad financiera, sin obstaculizar la capacidad de la industria bancaria para otorgar crédito y brindar otros servicios financieros que son críticos para nuestra economía. La estructura de capital también debe ser predecible, para facilitar la planificación de capital a más largo plazo de los bancos, preservando al mismo tiempo el capital para permitir que las empresas respondan a circunstancias imprevistas.”
Volviendo al tema de la inflación global, parece que la misma no podrá resolverse prontamente, aunque quizá sí en el mediano o largo plazo. Pero las medidas de los principales bancos centrales del mundo actualmente, más allá de la tardía respuesta del BCE, son el camino correcto, para resolver dicho problema.
Autor: Emmanuel Ruarte
30/09/2022