El estatismo bobo y el fundamentalismo de mercado
El estatismo bobo y el fundamentalismo de mercado
El populismo rudimentario observando las precarias consideraciones desde el punto de vista intelectual, por parte de la señora Alice Weidel, de (AFD), ya que la misma afirmó que Hitler era comunista, y la incertidumbre de cómo será la política exterior de Donald Trump, en relación a sus aliados de Europa, lo recomendable es que esta última pueda tener los recursos necesarios para fortalecer sus aparatos de defensa. Será muy difícil que Estados Unidos quiera romper la OTAN, pero el escenario de una presidencia de Trump puede generar un clima de incertidumbre. Ante esa incertidumbre, lo recomendable es que Europa pueda tener cierta autonomía en materia de defensa, en ese sentido, el modelo galo, está mejor preparado que el resto de los países de la UE, al ser un modelo, un poco más autónomo pero occidental, en materia de defensa. Pero esta necesidad de cierta autonomía en materia de defensa, no es para una escalada bélica, sino para generar un sistema de equilibrio de poder, en relación a China y a Rusia. Es muy difícil que China y Rusia quieran agredir al territorio, que actualmente es de la OTAN, aunque el escenario de incertidumbre en relación al Trump y sobre el futuro de la alianza transatlántica, crea el clima de incertidumbre antes mencionado. Por su parte, la afirmación de Alice Weidel antes mencionada, habla bastante de la precariedad intelectual de la candidata a canciller de Alternativa para Alemania (AFD). Como sabemos, el comunismo es la eliminación total de la propiedad privada y la instauración de una dictadura del proletariado, y está claro que el régimen de Hitler fue un régimen totalitario, pero que en materia económica, no eliminó la propiedad privada. Por ende, definir a la economía de Hitler como comunista, o a su régimen político, habla de una total precariedad intelectual, la economía de Hitler era una economía capitalista, dentro de un régimen político totalitario. Por supuesto que dentro de las economías capitalistas, existen economías más abiertas y más cerradas, pero son todas capitalistas hoy en día, excepto Cuba o Corea del Norte hoy en día, parece insólito tener que aclarar estas cosas, pero en el contexto de la precariedad intelectual al que nos someten los populismos de izquierda y derecha, a veces es necesario aclararlo. El caso de Weidel, hace que Meloni parezca una líder moderada al lado de la candidata a canciller de AFD. Y más allá de las críticas que uno tiene con Meloni, ésta última es mucho más sólida en términos intelectuales, que la precariedad intelectual que nos ofrecen Alice Weidel y Elon Musk, siendo éste último cercano al poder político que asumirá el 20 de enero en Estados Unidos, con el único objetivo de obtener beneficios fiscales, el mismo caso para el dueño de Meta. Los casos de Weidel y Milei, nos evidencian que muchos populismos de derecha no siempre son movimientos políticos intervencionistas desde el punto de vista económico. Generalmente los populismos de izquierda y derecha tienden a tener cierto intervencionismo económico, un culto a la personalidad del líder, y no tratando de ser estos fenómenos políticos, un actor más en la democracia, sino ser el sistema en sí, apoderándose de los poderes legislativos y judiciales, y rompiendo la independencia de los mismos, o intentando socavar dichas independencias. Sin embargo, este fundamentalismo de mercado que es tan nocivo como el fundamentalismo estatista, no hace más que ser funcional a la penetración económica del actor hegemónico del mercado internacional que es China, con el cual no se puede competir, por su dumping. Los populismos de izquierda se acercan a China como con una visión de la izquierda de los años 70, donde Estados Unidos es el malo, y sus enemigos los buenos, sin entender que la principal amenaza para las industrias locales es el dumping de China. Y los fundamentalistas de mercado, creen que importar todo de China, desregulando todo, es ser “Liberal”, o peor aún, creen que la Unión Europea es socialista, como ha dicho en reiteradas oportunidades Milei, Marcos Galperín y Elon Musk, quizá éstos últimos olviden que según Popper, Marx definía a su ideología en algunos momentos como "socialista", palabra ambigua, ya que muchos partidos políticos hoy en día se llaman así, como el PSOE, en realidad éstos partidos se confundieron de nombre, ya que no son socialistas sino socialdemócratas. Reitero, según Popper, Marx definía en muchos pasajes a su ideología como “Socialista”, por ende, que yo sepa en la UE, sigue existiendo la democracia y la propiedad privada, no una dictadura del proletariado, hay que ser muy rudimentario para comparar a la Unión Europea con un régimen socialista. Por otro lado, muchas veces, el dumping de China obliga al mundo occidental a proteger sectores sensibles y estratégicos como el acero, mientras paralelamente, se importa de Asia lo que por ahora no se produce al mejor precio posible, negociando con Asia de forma inteligente, pero no sumisa. En definitiva, las diferentes variantes de populismos de izquierda y derecha se parecen, tanto en su dogmatismo, como en su intolerancia. Uno define a estos populismos de izquierda y derecha como el “Estatismo bobo”, y “el fundamentalismo de mercado”, que romantizan o demonizan al Estado o al mercado, sin entender que hay administraciones públicas buenas y malas, y empresarios buenos y malos. El fundamentalismo estatista y el fundamentalismo de mercado, niegan la existencia de los ciclos económicos, como si la economía fuese una expansión permanente y sin límites, o un ajuste permanente y sin límites, negando que a veces se requieren políticas expansivas o restrictivas según el contexto, y según el diagnóstico de una economía. Estados Unidos cuando tuvo la pandemia estimuló el consumo y bajó la tasa de interés para evitar una gran recesión, y cuando la inflación se aceleró mucho, dejó de estimular el consumo y subió la tasa de interés. Este pragmatismo de ser heterodoxo u ortodoxo según el contexto, expansivo o restrictivo según el contexto, es muy diferente del fundamentalismo y dogmatismo económico, y del estatismo bobo de Cristina Kirchner y del fundamentalismo de mercado del presidente Milei, y uno quiere estadistas, no fanáticos o dogmáticos, como estos dos políticos. Uno no quiere ni el populismo de izquierda, ni el populismo de derecha, uno quiere democracia, no líderes rudimentarios e inestables, ni políticas frivolas vestidas en louis vuitton, ni políticos frívolos vestidos de superhéroes. La frivolidad es para los artistas, no para los estadistas. Hay dos extremos que me repelen, el estatismo bobo, y el fundamentalismo de mercado.
Por último, Trump, también es una especie de estatismo bobo. Hay que decir que en algunos casos es razonable aplicar aranceles a un producto importado económico de Asia, cuando fabricas uno localmente de iguales características, que no puede competir con el producto de Asia mencionado. También es cierto, que en ciertos momentos, aplicar un arancel a un producto importado que no tiene competencia local, puede hacer que el productor produzca su producto de manera deficiente, al tener garantizada la demanda, por ser el único competidor del mercado y por no tener competencia, porque una cosa es proteger a un sector estratégico como el acero, y otra cosa es sobreproteger a un sector no estratégico y deficitario en su producción. Pero aplicar un arancel, a un producto importado, que tampoco fabricas localmente, es la aplicación de un arancel estúpido, que tiene únicamente fines políticos o recaudatorios, eso es lo que hace Trump, molestando al consumidor que tendrá que pagar más caro un producto importado, por el capricho de un presidente inconsistente y autócrata como Trump. Si Trump es un estatista bobo, Cristina Kirchner también lo es, al haber aplicado cuando fue presidenta, aranceles a algunos productos importados que no fabricaba localmente, o directamente cuando prohibía la importación de determinados productos en un proceso de sustitución de importaciones mal hecho y mal aplicado, prohibiendo la importación de productos en muchos casos, sin un sustituto local. Por otro lado, Milei es el otro extremo, el fundamentalismo de mercado. Como siempre digo, si el exceso de regulación entorpece la actividad económica, la desregulación total crea un clima anárquico.
Fuentes y bibliografía:
MSN, (2025), Por qué Hitler no fue comunista: https://www.msn.com/es-us/noticias/politica/por-qu%C3%A9-hitler-no-fue-comunista/arBB1rnTlv?ocid=BingNewsSer
Karl Popper, (1945), La sociedad abierta y sus enemigos, Routled
RFI (2024) El acero chino, la “bomba atómica” que amenaza a la industria siderúrgica de América Latina: https://www.rfi.fr/es/m%C3%A1s-noticias/20240415-el-acero-chino-la-bomba-at%C3%B3mica-que-amenaza-a-la-industria-sider%C3%BArgica-de-am%C3%A9rica-latina
Autor: Emmanuel Ruarte
16/01/2025