Como sabemos los dos países más grandes en términos de PBI nominal son los Estados Unidos y China. Incluso hay estadísticas que señalan que China podría llegar a superar a los Estados Unidos en un futuro, aunque como sabemos es una estimación, que puede ser acertada o no. Lo que sí sabemos es lo que sucede en el presente, ambos países son los más destacados en términos de comercio, y han configurado por lo menos dos bloques, el G7 por un lado y OTAN, y la alianza BRICS por el otro. En ese panorama, considero que Argentina no debe entrar en disputas ajenas. Lo que sí podría hacer la Argentina es mantener una relación respetuosa con ambos actores, que son dos socios muy importantes en términos de comercio para la Argentina, pero tener una relación respetuosa, no implica adoptar una postura de sumisión. En ese sentido, no estoy de acuerdo que existan bases de investigación o militares extranjeras en territorio argentino, ya sean chinas o estadounidenses, o de cualquier otro país del mundo.
Más allá del respeto que se merecen ambos países soberanos, como son China y Estados Unidos, me gustaría recordar que la Argentina también lo es.
No hablo desde una postura prejuiciosa respecto de ambos actores, pero considero que la Argentina no es una pieza en un juego de mesa, donde cada jugador pone su ficha, es un país soberano. Por otro lado, hay muchas formas de ser occidental. Como sabemos, Argentina en términos culturales es un país occidental y democrático, pero en términos de comercio es bastante multilateral. Francia por ejemplo, no tiene bases militares extranjeras en su territorio, y es miembro de la OTAN. El modelo de defensa francés, que ha tenido una tradición soberana con Napoleón I, y con Charles de Gaulle, y particularmente éste último, priorizó los intereses nacionales de su país, por encima de los intereses extranjeros, que eran los intereses soviéticos y estadounidenses, luego de la liberación de París. Por su parte, Macron pese a sus errores, ha adoptado de alguna manera ese perfil soberanista de De Gaulle, como cuando le comentó a los Estados Unidos, que se puede tener alianzas, pero que tenerlas, no implica adoptar un rol de vasallo.
Uno se basa en este modelo de política exterior soberanista francés, no para copiarlo, pero si para tomarlo como referencia, modelo que defino como una especie de "soberanismo occidental", occidental en términos culturales y políticos por tener democracias plenas, y soberanista por su modelo de defensa más autónomo. Pero volviendo al tema argentino, Argentina tiene demasiados problemas como para tener que soportar disputas geopolíticas de grandes potencias, porque son cuestiones que no le competen. Las posturas que uno plantea, no son de aislamiento, sino de integración, pero desde una postura soberana, no desde una postura de sumisión y vasallaje.
Por otro lado, las políticas de apertura total, en el contexto internacional de una China con la que no se puede competir, con la que occidente no puede competir, por ejemplo como con la industria del acero, no tiene sentido. Porque abrir indiscriminadamente una economía, teniendo en frente a un actor como China, implica que muchas cadenas de producción locales desaparezcan Sí tiene sentido, importar de Asia solo lo que Argentina no produce. Porque importar cosas desde Asia que ya producimos localmente, es afectar a los productores locales. Para el desmedro de muchos ideologizados de izquierda o derecha, el mundo es muy distinto a lo que fue la década del 60, del 70, del 80 y del 90, el muro de Berlín ya cayó, y hay solo un sistema económico, excepto en Corea del Norte y Cuba, luego en todo el sistema hay capitalismo, algunos desregulados y otros más regulados como el caso de la Unión Europea, que posee altos índices de desarrollo humano, y una interanual de un dígito, aún con sus problemas, pero no con los problemas de muchas partes de América Latina, o de muchas partes de la nación africana, donde hoy existe la menor presión fiscal del mundo, y donde se presentan en muchas áreas de dicho continente, bajos índices de desarrollo humano. Un país puede tener impuestos altos, o bajos, lo más probable es que si su sistema tributario es progresivo y más justo, las desigualdades sean menores como en la Unión Europea, donde existe progresividad fiscal. El problema es que, en Argentina los impuestos van dirigidos en muchos casos a corrupción, en otros casos a acomodos en el empleo público, y en otros casos a empleados públicos que en muchas oportunidades no van a trabajar. Lo malo del sistema tributario argentino, es que castiga a la pequeña y mediana empresa, que es la que más genera trabajo. Por eso el sistema tributario debe ser progresivo, aliviando a estos sectores, y garantizando transparencia en la gestión pública, y concursos abiertos a toda la ciudadanía para el empleo público. Para que el acceso al empleo público no sea el privilegio de una casta, y para que a través de concursos, gane el más capacitado, y en el caso de personas sin experiencia, darles de oportunidad de capacitarlas y que puedan hacer pasantías sin límites de edad en el sector privado y público, pero siempre cuidando el equilibrio fiscal.
Por otro lado, como punto positivo a favor de los chinos, ellos han reconocido sin dudar, el reclamo argentino por las Islas Malvinas, como punto negativo Argentina necesita protegerse en muchas áreas comerciales frente a China, en el sector del acero, por ejemplo, entre otros sectores estratégicos. La situación actual de China como potencia industrial me recuerda en algunos aspectos a la hegemonía que tenían los británicos como potencia industrial durante el siglo XVIII y XIX. En ese contexto, Argentina tenía un perfil productivo poco diversificado, basado en la producción primaria y ganadera. Gran parte de la producción nacional iba destinada a Europa y particularmente a Inglaterra. Pero cuando vino la crisis de 1929, los países centrales comenzaron a fortalecer a sus mercados internos, mucho más que antes, y particularmente a sus sectores agropecuarios locales, lo que les implicó importar menos materias primas de la República Argentina. Es así que el modelo agro exportador terminó fracasando por su falta de diversificación productiva, y por su falta de diversificación de mercados. El campo es importante, pero no debe ser la única fuente de divisas, y no basarse en un único sector productivo, y en un sólo país comprador para generar divisas. La Argentina debe seguir exportando granos a China, pero también debe buscar nuevos mercados, por si el gigante asiático en un futuro decidiese no comprar más la producción agropecuaria Argentina que compra actualmente. También es cierto que con las características que tiene Argentina, lo ideal siempre es tener un tipo de cambio competitivo, no tener retenciones, ni impuestos regresivos, que perjudican no solamente al sector agropecuario, sino también al sector industrial, como así también una banca central independiente y una interanual de un dígito.
Por su parte los Estados Unidos, en el pasado han tenido una relación comercial bastante hegemónica en la Argentina, últimamente están un poco desplazados por nuestro respetable vecino Brasil, y por China. Sin embargo han hecho poco y nada en ayudar a la Argentina con el tema Malvinas. Podríamos cooperar en muchos asuntos con los Estados Unidos, en muchas áreas, como defensa, pero ¿Los Estados Unidos, ayudaron a la Argentina con el tema Malvinas? La verdad es que no, incluso apoyaron a los británicos en muchas oportunidades, y como suelo decir, yo te ayudo si vos me ayudas, pero si vos no me ayudas, va a ser difícil, lo que no es recíproco no es, porque yo no permitiría que un país extranjero, ocupe el territorio estadounidense, lo denunciaría en Naciones Unidas, y trataría de ayudar, pero ustedes no nos ayudaron, están a tiempo de hacerlo. Si occidente quiere ser occidente, no puede permitir enclaves coloniales en pleno siglo XXI, y yo en particular, tengo respeto por la memoria de quienes combatieron, no por dinero, ni por poder, sino por amor a su país. Argentina, como dije anteriormente, es occidental culturalmente, pero no la dejan ser, no la ayudan, el día que la ayuden a recuperar lo que le pertenece por la vía diplomática, podremos sanar las heridas, mientras tanto, no veo gestos de devolución de Malvinas, ni tampoco una cooperación estadounidense en contribuir a que el Reino Unido le devuelva a la Argentina lo que es de los argentinos.
También como dije en otra oportunidad, en relación al tema BRICS, y no me canso de decirlo y de recordarlo, que la principal fuente de importaciones de Estados Unidos es China, y también es bueno recordar, que una de las principales fuentes de importaciones de China es Estados Unidos, entonces, quien argumentaba que para poder comerciar con China o con Asia era necesario ingresar a BRICS, en la práctica no es cierto. Considero que Argentina puede comerciar con Estados Unidos y con China sin ese tipo de acuerdos, pero hacerlo individualmente, para tener mayor cintura económica y política, aunque respeto a toda persona que desee ingresar o no hacerlo, siempre y cuando no adopte una postura sumisa, en relación con las potencias de turno, porque una cosa es ser aliado, y otra cosa es ser vasallo, parafraseando al premier francés Emmanuel Macron.
Autor: Emmanuel Ruarte
5/01/2025